Las cosas nunca son como uno las planea.
Qué lección de la vida. Cuando sientes que lo tienes todo, es el comienzo del desmoronamiento del sueño. Y es que nunca nadie lo tiene todo, lo único que se tiene es la libertad para seguir buscando, mientras la vida dure. Sea un gusto, un hobby, el amor o la realización personal o espiritual, el día en que dejas de buscar y de aprender, es el comienzo del fin.
La vida me dio una lección, y no pretendo olvidarla. Jamás dejaré de buscar, y hoy, cuando pensé que me estaba resignando a dejar ir mis sueños, un giro inesperado del destino me da otra oportunidad. La diferencia, es que esta vez no dejaré de buscar y aprender, y sí dejaré de tratar de controlar mis resultados, porque en el fondo esa acción terrible implica la aceptación de un limite referencial conocido por uno mismo que permite evaluar y concluir si el resultado es bueno, y ello solo puede significar que, al ser tus estándares propios y no de la vida misma, son los más reducidos de la existencia, y por tanto, insuficientes para la verdadera felicidad.
Hoy comienzo esta nueva etapa, en este nuevo lugar y con esta nueva gente, siendo el mismo pero diferente, consciente pero libre, capaz pero ávido por aprender, cómodo con el flujo de la vida, y atento a las corrientes existentes, para aprovechar al máximo el vuelo, pero también para dejarme llevar por ese exquisito placer caótico de la incertidumbre.
Bienvenida seas de nuevo, mi ciudad, en verdad te extrañé.
Y a ti, a ti te digo solo una cosa. Ojalá algún día entiendas y perdones la ironía, y confíes en que cada palabra de mi boca ha sido real en cada momento, cada sentimiento genuino, cada palabra de aliento un regalo sin esperanza propia, todo para ti. Y sin embargo estoy aquí, y honestamente pude estar aquí, con o sin ti, desde siempre.
Always.
The first day of the rest of my life.
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